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  • Writer's pictureRyan Hillblad

¿Cerrar o abrir?, esa es la cuestión

Según la OMS la pandemia del Covid-19 se está ensañando por éstos días con Latinoamérica, frente a lo cual se presentan dos caminos, la apertura o la cuarentena. En el mundo, como también en la Argentina, sectores han estado abogando por la primacía de la economía por sobre la vida y salud de la población.


Quienes se oponen y opusieron a la cuarentena desde el comienzo argumentan que los costos de la cuarentena serán mayores que los beneficios. El argumento reside en que la parálisis de la economía y la producción traerán una mayor miseria y más cantidad de muertos que los que la pandemia ocasionará. Se equivocan.


Es cierto que los costos de la cuarentena serán inmensos para el conjunto de la población, pero la responsabilidad primera de los gobiernos es la salvaguarda de la integridad física y la vida de sus habitantes. No se debe ni se puede cuantificar una vida humana, y menos cuando estamos hablando de miles de personas que podrían haber muerto sin estas medidas. Hoy los estados deben salvar vidas y no dejar morir a miles en el altar de las posibilidades y del crecimiento del PBI.



La cuarentena funciona. En la Argentina según un estudio de Esteban Lifschitz, director de la Carrera de Médico Especialista en Evaluación de Tecnologías Sanitarias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), desde la implementación de la cuarentena el 20 de Marzo hasta el 15 de Mayo se salvaron de manera directa o indirecta entre 80.000 y 120.000 vidas.


Si analizamos al mundo, vemos cómo los líderes que o bien se tomaron la pandemia a la ligera o bien decidieron relajar sus cuarentenas antes de tiempo están hoy contando sus muertos de a cientos. El populismo de derecha de Bolsonaro y Trump que durante esta crisis priorizan el crecimiento económico cometieron un grave error al subestimar “la gripecita” introduciendo cuarentenas tardías y laxas. Como resultado, hoy ambos países están en el primer y segundo puesto en casos y vidas humanas perdidas. Entre ambos suman más de 2.385.011 de casos y 136.852 muertes.


Por otro lado, países como Chile decidieron hace algunas semanas entrar en una “nueva normalidad” y relajar en gran medida sus cuarentenas con desastrosos resultados. El país andino al momento de relajar la cuarentena tenía entre 400 y 500 casos diarios para llegar a tener hoy más de 5.400. No deben relajarse las cuarentenas antes de tiempo ya que corre un inmenso riesgo la población y los progresos realizados, claudicar ahora podría significar deshacer todo el progreso logrado. Chile al dia de hoy tiene 105.159 casos y 1113 muertos, mientras que la Argentina tiene 17.415 y 556 muertos con cerca del doble de la población.



El debate actual confunde el contenido con la forma de la cuarentena, es decir el que con el como. Muchos sectores en el país están atacando y manifestando públicamente contra la cuarentena por la forma en la que ésta se implementa. Es cierto que el Congreso tiene que regular los decretos del poder Ejecutivo y dar a las medidas adoptadas un marco de mayor legalidad y legitimidad democrática, pero esto no quita que sean las medidas adecuadas. La cuarentena es lo único que evita que los médicos tengan que elegir a qué paciente salvar y a cual dejar morir en una sala de espera, tal como ocurre hoy en Chile.


El consenso de la clase política evidencia que esta fue y es la medida adecuada. Tanto el peronismo nacional y bonaerense como el Pro de la Ciudad de Buenos Aires han estado de acuerdo en la inmensa mayoría de las medidas tomadas desde el comienzo de la pandemia. La cuarentena salva vidas, no hay grieta en esto. Este no es un debate por la libertad, es un debate por la vida y la salud. La responsabilidad primera de cualquier gobierno es la integridad física de su población, sea una guerra o un virus letal.


La situación actual amerita mantener un frente unido, esto no significa ser complacientes con todo lo que ordene el poder, pero sí mantenerse sobre la senda que da resultados. No debe darse un debate como si la libertad o la democracia estuviera en riesgo, ni caer en oportunismos políticos. Desde el primer día, la clase política argentina y gran parte del mundo se unió con la convicción de que la cuarentena era adecuada y necesaria, hay que seguir en esa senda.


Los años futuros traerán graves problemas de empleo, inversión y otros problemas de salud que derivaran de la crisis actual, y es ahí donde el accionar de los estados va a ser fundamental. Serán necesarios como hasta ahora grandes paquetes de estímulos fiscales, estímulos productivos y cambios en la economía. La cuarentena debe seguir, con mayor o menores restricciones, pero las personas salvadas hoy, servirán para volver a levantar al país mañana.


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